Conoce Apricotte de la mano de El País
A lo mejor te has preguntado alguna vez quién está detrás de Apricotte y cómo comenzó este sueño que cada día coge más forma. Pues hoy todas vuestras preguntas tienen respuesta.
El pasado tres de marzo nuestros fundadores Inmaculada López, Rubén Palma y Cristina Castro se reunieron con María Porcel de El País en nuestras oficinas de Carabanchel para relataros el sueño que hay tras Apricotte. Y como no hay nada más bonito que el orgullo familiar, aquí os dejamos algunos de nuestros momentos favoritos.
Según cuenta el propio artículo, Apricotte nació de una necesidad “Cris se operó de la vista y un mes después lloraba ante las pantallas”, cuenta su socio y, además, pareja. “Tenía síntomas, le picaban los ojos, tenía sequedad, dolor de cabeza... Lo intentaba justificar pero vio que era de eso, síntomas de una sobreexposición a la luz azul”, cuenta Palma. Aquello era 2016 y el matrimonio descubrió en Inglaterra, en lo que es la prehistoria de su negocio y del sector, una cosa llamada “computer glasses”. “Entonces decidimos investigar, fuimos de los primeros en este mundillo”.
“Lo que queríamos no existía. Pues vamos a inventarlo, dijimos”, cuenta Palma sobre esa aventura que empezó a finales de 2016. El componente de moda y diseño entró rápidamente en juego. Para ellos era fundamental ir más allá de algo funcional. “Mucha gente”, recuerda Cristina Castro, “nos decía que siempre había querido llevar gafas. Era un complemento más”. También tuvieron claro que querían calidad, y se camelaron a vendedores de todo el mundo, cuenta Palma. “Muchos nos decían que era increíble poder acceder a esas calidades fabricando cantidades tan pequeñas, que imposible. ‘¿Pero a ti alguien te ayudaría cuando empezabas, no?’, les llorábamos nosotros”, recuerda, ahora riendo. “Huimos del plástico y apostamos por resinas orgánicas, y también por el acetato”, explica la jefa de diseño.
Así mismo, el artículo destaca el "orgullo de barrio". “Somos una empresa tan pequeñita que lo hacemos todo con mucho cuidado”, cuentan con humildad los tres jefes, que son a la vez los tres empleados, aunque tienen a una persona de logística y a otra freelance para el I+D. Pero todo, por el momento, desde ese rinconcito de Carabanchel. “Sí, sí, si podemos, nos quedaremos aquí”, dicen los tres sin duda y al unísono: “Tenemos orgullo de barrio”.
Quizá nos hayas leído más veces, quizá hayas comprado algunas de nuestras gafas o quizá sea la primera vez que pasas por aquí. Pero sea cual sea tu situación queremos darte las gracias por formar parte y ayudar a crecer a esta pequeña gran familia. Y recuerda WE HOPE YOU ARE W.E.L.
FOTO: INMA FLORES / EL PAIS