Luz azul y niños, el enemigo silencioso.
Con la situación actual, los niños y jóvenes se han visto mucho más expuestos a las pantallas de lo que están acostumbrados puesto que la mayoría de las clases han pasado a forma remota. A esto se le añade el hecho de que las actividades al aire libre y extraescolares se han visto dramáticamente reducidas este año, lo que lleva a los niños a usar mucho más las pantallas tanto de ordenadores cuando estudian como de televisión, tablets, etc. en su tiempo libre, lo que implica que están casi siempre expuestos a ellas.
Como ya sabrás, la luz azul se vincula con una serie de impactos físicos en nosotros y mucho más en los niños, cuyos ojos son más débiles frente a la sobreexposición a las pantallas, pero cabe destacar que este impacto físico también puede acarrear consecuencias más allá de los oculares.
Efectos hormonales
Según Block Blue Light, la luz azul puede tener un gran impacto en el balance hormonal de los niños “la luz azul estimula a nuestro cerebro, ralentizando o incluso parando la producción de melatonina, la hormona del sueño, llevando a una distorsión del ciclo biológico de las personas” y afecta al desarrollo de los patrones hormonales de los niños. La exposición a la luz azul puede llevar a un aumento en la producción de adrenalina, dopamina, serotonina y cortisol.
Ansiedad
Como hemos visto, está corroborado que la luz azul altera los patrones del sueño. Un buen descanso es fundamental para el buen funcionamiento de la mente de cualquier persona, pero en especial la de los niños.
Un ciclo del sueño pobre conlleva una crecida de los niveles de estrés lo que puede llegar a acarrear problemas de ansiedad en los más pequeños, incluso a un aumento del comportamiento confortativo y agresivo en ellos.
TDHA
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA) parece ser un problema cada vez más creciente en nuestra sociedad. 1 de cada 10 niños es diagnosticado con esta condición. Muchos científicos y psicólogos infantiles ya lo han ligado con la sobreexposición a las pantallas digitales, donde la luz azul tiene un papel fundamental. Los niños suelen quedarse hasta tarde con los teléfonos y pantallas lo que lleva a un empeoramiento de esta condición si lo juntamos de por sí con la falta de sueño o el desequilibrio hormonal, las consecuencias son muy negativas.